
La paradoja del mentiroso es en realidad un conjunto de paradojas relacionadas.El ejemplo más simple de la misma surge al considerar la oración: «Esta oración es falsa».
Supongamos, pues, que la oración es falsa. Luego, lo que afirma debe ser falso. Pero esto significa que es falso que ella misma sea falsa, lo cual vuelve a contradecir nuestra suposición anterior. De este modo, no es posible asignar un valor de verdad a la oración sin contradecirse.